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El Tàpies más melancólico se hace visible en Barcelona a partir de hoy


  • Escrito por Irene Dalmases
  • Publicado en Cultura
(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

En la primera mitad de la década de los años noventa, el artista Antoni Tàpies lo tenía todo. Éxito, reconocimiento a nivel nacional e internacional y viajes por todo el mundo, con exposiciones individuales en centros de primer nivel. Sin embargo, su obra de aquel período rezuma tristeza y melancolía.

A partir de hoy martes y hasta el próximo 25 de septiembre, quien se acerque hasta la Fundación Tàpies lo podrá comprobar gracias a la exposición, "Tàpies. Melancolía", con grandes obras de esos años, de entre las que hay cuatro -"Quatre elements", "Núm.7009", "Raigo" y "Abans-després"- que se exhiben por primera vez.

En declaraciones a Efe, la comisaria Núria Homs, experta en la obra del pintor catalán, ha recordado que en los últimos años el centro está poniendo el foco en diferentes etapas de su trayectoria y hace unos meses acordaron colocar el objetivo sobre las piezas de principios de los noventa, en las que plasmó de forma frecuente desde mortajas de diferentes tamaños, marcado por la guerra de Bosnia y el conflicto de Ruanda, a huesos humanos y cráneos, sin eludir apuntes sobre el dolor físico que la misma vida comporta.

Homs ha mostrado su estupor por la "desgraciada" coincidencia de la inauguración de la exposición con la guerra en Ucrania, porque entiende que "adquiere una actualidad brutal" y porque, en cierta forma, dialoga con otra muestra que se inaugura hoy, "En movimiento", de la polaca Goshka Macuga, quien propone relecturas de los relatos históricos heredados.

En este punto, la comisaria gira la mirada a hace más de treinta años y rememora que el Antoni Tàpies de aquel momento vive unos problemas de salud, ha sufrido la muerte de su madre, a la que estaba muy unido, y es ya "muy consciente de que se está haciendo mayor, de la propia finitud".

A la vez, aunque feliz por haber podido abrir una Fundación en el centro de Barcelona, se siente inquieto por su devenir.

En paralelo, ha caído el muro de Berlín en 1989 y se descompone el mundo soviético, lo que también le afecta, porque "es un proyecto político en el que había creído en cierto momento", valorando, especialmente, el papel de los comunistas catalanes en la lucha antifranquista, de la que él también participó.

Nada más iniciar el recorrido expositivo, impresiona el gran lienzo "Rèquiem", de 1995, con la representación de seis cuerpos cubiertos, composición plástica para una misa de difuntos, que nace del impacto que le provocaron los muertos en la guerra de los Balcanes, que seguía a través de los periódicos -como puede verse en "Abans-després"- y de la televisión.

"Embolcall", de 1994, es otra obra de características similares, con una única mortaja y unos ojos que lloran, sobre el genocidio de Ruanda.

Núria Homs remarca que cuando empezó a trabajar en este proyecto "no imaginaba que su inauguración coincidiría con la barbarie que estamos viendo en Europa, con esta melancolía que estamos sintiendo todos".

De las obras inéditas, sobresale "Abans-després", de 1994, en la que el artista evoca una gran cama, con unos diarios que aluden a la muerte, a partir de noticias como la del fallecimiento del cineasta Joseph L. Mankiewicz, autor de una película como "Eva al desnudo".

Asimismo, se expone por primera vez, "Quatre elements", de 1992, que tiene relación con las enseñanzas del budismo zen y el "misterio insondable de la existencia", mientras que en "Núm.7009" los protagonistas son unos huesos.

En cambio, otro de los grandes lienzos del período, de 1995, vuelve a tener relación con el budismo, "Dukka", un término de difícil traducción pero que incluye desilusión, sufrimiento, dolor, intranquilidad, malestar, frustración o irritación.

Para Núria Homs, la filosofía budista ayudó a Tàpies a "superar los pensamientos que vivía en aquellos años y contribuyó a que reflexionara sobre el dolor, no tanto para victimizarse, sino para intentar convivir con el mismo, incluso superarlo".

En otra de las estancias, contrastan los cuadros de "Quatre elements" y "Hieràtic" con la escultura "Ou", de 1991, contraposición de la muerte con el renacimiento.

"Parla, parla", de 1992; "Pregunta", de 1992; "Peu", de 1991, así como "Raigo", término con el que en el budismo japonés se denomina la aparición del buda en el momento de la muerte de alguien, y la obra "Matèria rosada", de 1991, con la que evoca el camino de Jesús hacia el Gólgota, son otras de las piezas expuestas.

La exposición se complementa con los esbozos que realizó de la obra "Rinzen", que Tàpies presentó en la Bienal de Venecia de 1993, con la que obtuvo el León de Oro de aquella edición y que se encuentra instalada de forma permanente en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), un alegato contra la barbarie de la guerra.